
Betel comenzó en las calles de Madrid en el año 1985 cuando unos misioneros de WEC (Worldwide Evangelization for Christ) ayudaron a un joven drogodependiente llamado Raúl Casto, que necesitaba un lugar para salir de sus problemas con la droga.
Una vez libre de su adicción, Raúl quiso ayudar a más personas. Así empezaron las casas de acogida de Betel, que hoy se encuentran en más de 100 ciudades en 20 naciones.